(Atropa belladona L.) ó su variedad acuminata (Royle ex Lindl).
La belladona es una hierba que se usa desde hace siglos, siendo su origen europeo, estuvo vinculada a la brujería y a múltiples historias, su principio activo de la belladona es la atropina. Y se han sometido a prueba en humanos o animales, la seguridad y eficacia de los mismos no siempre se han podido demostrar. Algunas de estas afecciones son potencialmente serias y las debe evaluar un proveedor médico calificado.
Esta flor siempre ha estado rodeada por el misterio, desde sus efectos, sean estos positivos o negativos, hasta su etimología y su belleza natural. El nombre de esta flor proviene del italiano 'bell donna' (bella mujer) y muestra la sensibilidad de los italianos por el arte de la seducción.
Esta planta crece a la sombra de los árboles, en colinas boscosas o yacimientos carboníferos puede alcanzar un metro y medio de altura y su principio activo se concentra principalmente en la raíz, o en el fruto, que es una baya esférica y de color negro. del tamaño de una cereza. Sus hojas son ovaladas grandes, sus flores, de forma acampanada de color violáceas y amarillas.
Un síntoma peculiar de la intoxicación por belladona es la pérdida completa de la voz, así como a movimientos continuos e incontrolados de los dedos y las manos y con frecuencia la muerte, a lo que se recomienda tomar lo más pronto posible alguna sustancia que provoque vomitivo, como un vaso grande de vinagre caliente o agua de mostaza, posteriormente un vaciado estomacal seguido de una dosis de magnesia, estimulantes como café cargado, y de ser necesario hay que ayudar al paciente con respiración artificial.
De acuerdo con algunas tradiciones orales que se conservan en tierras europeas, el espíritu que habita dentro de la planta sólo sale una noche al año: la noche de Walpurias, cuando se prepara para celebrar el Sabbath con las brujas. Se dice que en tierras célticas hay una superstición que vincula a ésta planta con una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, aunque una versión más generalizada menciona que cierta secta de sacerdotes tomaba una infusión de dicha planta para honrar e invocar la ayuda de belladona diosa de la guerra.
Bibliografía
Arias Carbajal. 1990, Plantas que curan y matan, Editores Mexicanos Unidos, México.
Brau, Jean-Louis. 1973, Historia de las drogas, Bruguera, España
Escohotado, Antonio. 1994, Historia General de las Drogas, Tomo I, Alianza Editorial, Madrid.
Schultes, R.E. y Hofmann, A. 1993, Plantas de los Dioses, FCE, México.
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